Tlatoani
La principal fuente de energia de la sociedad mexica fue el trabajo
humano, es decir, no contaban con animales de carga ni con máquinas para la
realización de las grandes obras productivas o arquitetônicas; para ello, la
cooperación de multitudes de hombres y mujeres era imprescindible. Hemos dicho
ya que la propriedad y cultivo de la tierra era de caráter comunitario. Asimismo,
la construcción de templos y monumentos se conseguia con la participación
asociada de trabajadores y artesanos.
Macehualtin
Lo mismo ocurria en la administración economica, en la
realización de obras públicas, en el culto a los dioses, en la prestación de
diversos servicios domésticos y en la produción de bienes de consumo. Todo era
obra colectiva, basada en el sistema de turnos. Esto es: se formaban grupos de trabajadores
que realizaban su labor durante un tiempo limitado; después eran reemplazados
por outro grupo, de tal suerte que el trabajo no se interrumpia. Puede
afirmarse, por esto, que el bien de la comunidad, sustentado en el trabajo comunitário,
fue uno de los principales valores de la sociedad mexica.
Los mexicas fueron una sociedad estamental, es decir,
formada por grupos llamados estamentos con ocupaciones y jerarquias bien
delimitadas. El estamento dominante era el pipiltin,
del que formaban parte el tlatoani,
es decir, rey o gobernante; los tecuhtli,
es decir, senõres subordinados al tlatoani;
y los pilli, nobleza en general. El
estamento inferior recibía el nombre genérico de macehualtin y lo constituía el común del pueblo: eran gobernados y tributarios
de la nobleza, y se agrupaban em calpullis,
es decir, barrios.
Sociedad mexica
En la sociedad mexica no existia la igualdad del hombre ante
la ley; la impartición de justicia dependia del estamento al cual pertenecía el
individuo. Para um pilli, por
ejemplo, cometer un delito implicaba sanciones tan severas como la muerte
misma; para un macehualli habia más tolerância: podia sufrir esclavidad
temporal o era exhibido públicamente. Los mexicas despreciaban la pereza, la
negligencia, la mentira, la falta de respeto y la traición; castigaban el adulterio,
el aborto y la violación.
La embriaguez, por ejemplo, sólo le era permitida en algunas
festividades a los ancianos, quienes eran respetados por su gran experiência,
de ahí que los gobernantes les consultaran para decidir asuntos de importancia;
durante las ceremonias religiosas los calpulhuehuetque
o viejos del barrio ocupaban un sitio privilegiado.
Sus valores más preciados eran la prudencia y la sinceridad,
la humildad, la modestia y el valor, además del ahorro, el ordem y el trabajo
duro a que estaban acostumados. Trabajo, organización, educación y disciplina
fueron importantes principios em que descansó la sociedad mexica.
GÓMEZ MÉNDEZ, Sergio Orlando. Historia 3: A través de los
Tiempos de México. México: Prentice Hall, 1998. p. 33-34.
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