Derviches, Jean-León Jérôme
Ya el Dante sabia que Mahoma era terrorista, Por algo to ubicó em uno de los circulos del Inferno, condenado a pena de taladro perpetuo: Lo vi rajado, celebro el poeta en “La divina comedia”, desde la barba hasta la parte inferior del vientre...
Mas de un Papa habia comprobado
que las hordas musulmanas, que atormentaban a la Cristiandad, no estaban formadas
por seres de carne y hueso, sino que eran um gran ejército de demônios que más
crecia cuanto más sufria los golpes de las lanzas, las espadas y los arcabuces.
Allá el año 1564, el demonólogo
Johann Wier habia contado los diablos que estaban trabajando em la tierra, a
tiempo completo, por la perdición de las almas cristianas. Habia siete miliones
cuatrocientos nueve mil ciento veintisiete, que actuaban divididos em setenta y
nueve legiones.
Muchas águas hirvientes
han pasado, desde aquel censo, bajo los puentes del inferno. ¿Cuántos suman, hoy dia, los enviados del reino
de las tinieblas? Las artes de teatro dificultan el conteo. Estos engañeros siguen usando turbantes, para ocultar sus
cuernos, y largas túnicas tapan sus dolas de dragón, sus alas de murciélago y
la bomba que llevan bajo el brazo.
GALEANO, Eduardo. Espejos: una historia casi universal. Buenos Aires: Siglo XXI
Editores & Siglo XXI Iberoamericana, 2008. p. 113-114.
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