Clio y los niños, Charles Sims
La historia versa sobre la secuencia de acontecimientos que conformaron las
vidas que llevamos hoy en día. Es el relato de cómo llegamos a ser lo que
somos. Su comprensión resulta clave para el descubrimiento de hasta qué punto
podemos cambiar el mundo en el que vivimos. “Quien controla el pasado controla
el futuro” es una de las consignas de los totalitaristas que controlan el
Estado en la novela de George Orwell 1984: los habitantes de los palacios y los
comensales de los banquetes descritos en las “Preguntas” de Brecht siempre se
la han tomado en serio.
Hace unos veintidós siglos, un emperador chino decretó la pena de muerte
para quienes “utilizaran el pasado para criticar el presente”. Los aztecas
trataron de destruir las huellas de los estados anteriores cuando conquistaron
el valle de México en el siglo XV, y los españoles intentaron destruir todas
las huellas aztecas cuando, a su vez, conquistaron la región en la década de
1520.
Las cosas no han sido tan diferentes en el último siglo. Llevar la
contraria a los historiadores oficiales de Stalin o Hitler comportaba penas de
cárcel, exilio o muerte. Hace sólo treinta años, a los historiadores españoles
no les estaba permitido hacer averiguaciones sobre el bombardeo de la ciudad
vasca de Guernica, ni a los historiadores húngaros investigar los
acontecimientos de 1956. […]
La represión estatal abierta puede parecer relativamente rara en los países
industriales de Occidente. Pero hay métodos más sutiles de control, que son
omnipresentes. […]
Los gobernantes llevan desde la época de los primeros faraones (hace 5.000
años) presentando la historia como una lista de “logros” propios y de sus
antepasados. Son esos “grandes hombres” los que se supone que construyeron las
ciudades y los monumentos, los que trajeron la prosperidad, los responsables de
las grandes obras o victorias militares… mientras que, a la inversa, de todas
las desgracias en el mundo se hace culpables a los “malos”. Las primeras obras
de historia fueron listas de monarcas y dinastías, conocidas como “Listas de
reyes”. […]
[…]
Existe otro modo de considerar la historia, en oposición consciente al
enfoque “grandes hombres”. Se ocupa de los casos particulares y cuenta su historia,
en ocasiones desde el punto de vista de los participantes corrientes. […]
HARMAN, Chris. Historia mundial del
pueblo: Desde la Edad
de Piedra hasta el nuevo milenio. Madrid: Ediciones Akal, 2013. p. 6-7.
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